Antiguamente talleres de curtidores, de pergaminos o de tejedores, estas casas de colores con tonos pastel son de entramado y datan del siglo XIII.
Sus maravillosas fachadas han sido restauradas varias veces para preservar su delicado encanto medieval.
Casi irreales según la luz, se contemplan de frente desde las orillas o en fila desde los diferentes puentes de la ciudad. Lo más difícil será captar el mejor momento para observarlos: las luces de la tarde, los cambios de tiempo, los reflejos sobre el agua.
Precios & Formas de pago
Acceso libre.